Por Tomás Gutiérrez Sánchez*
El primer gobierno del arquitecto Belaunde fue de mucha esperanza. Los primeros años hubo prosperidad gracias al desarrollo de la pesca y de los minerales, y se construyó grandes obras en la infraestructura nacional.
Dentro de sus políticas públicas desarrolladas estuvo presente la creación del Instituto Nacional de Planificación Familiar. Sectores evangélicos desarrollaron trabajos sobre este tema, gracias al apoyo de organismos internacionales.
En la vigesimotercera asamblea del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), celebrada en Chiclayo en enero de 1963, se trató el tema de la planificación familiar. La Comisión de Ayuda Social Evangélica, a través de su presidente William Strong, apoderado de la Union Church, se encargó de presentar el informe.
Respecto a la educación para la paternidad responsable se preparó el folleto El evangélico y la paternidad responsable, donde se presentó los puntos de vista tanto católicorromanos como bíblicos, y los discute. La idea era informar a los evangélicos y proporcionar ayuda y orientación a quienes lo desean.
En 1963 la Comisión de Ayuda Social Evangélica del CONEP, a través de su Programa Educacional de Paternidad Responsable, se dedicó a la preparación y distribución de literatura apropiada, publicando los folletos La paternidad responsable y la conciencia cristiana (1963) y Concepto cristiano de la paternidad responsable (1964), distribuyendo más de 18,000 folletos en casi todos los grupos evangélicos del país. Al año siguiente se distribuyó 60,000 folletos y se acompañó con películas.
Con respecto a las posiciones tanto católico y protestantes, el CONEP manifestaba lo siguiente:
La iglesia católica Romana afirma que el control artificial de la fecundidad viola una ley natural impuesta por Dios y es, por consiguiente, inmoral. Las autoridades Protestantes, por otra parte, mantienen que el uso responsable de anticonceptivos en el planeamiento familiar no viola, sino cumple, la voluntad de Dios tal como se revela en las
Sagradas Escrituras. (CONEP 1963: 3)
Bajo estas premisas la postura de los evangélicos era el apoyo total a los métodos anticonceptivos, si bien los postulados teológicos son discutidos en los folletos y en las propias iglesias locales, uno de los principales argumentos para su aceptación sería el siguiente:
Dios ha dotado al hombre del libre albedrío y espera que lo emplee en forma responsable. En la procreación que es el acto físico más importante de que sea capaz, el hombre es un agente moral, con una responsabilidad ante Dios, la sociedad y su propia familia.Siendo así no puede sino rechazar la idea de dejar la procreación alazar o disfrazar este azar con el eufemismo de la “providencia divi-na”. La verdad es que la decisión acerca de procrear o no procrear esde la competencia de los esposos mismos y es su responsabilidad. (CONEP 1963: 10)
Si bien la responsabilidad de la procreación es una competencia de los esposos, en la perspectiva bíblica-teológica de los evangélicos, ambos son una unidad y como tal los dos son los encargados de la toma de decisiones: Someteos unos a otros en el temor de Dios, (Efesios 5:21).
Por otro lado añade el texto lo siguiente:
Los Protestantes confían en que Dios les dirija en su deliberación en cuanto al tamaño de sus familias, de la misma manera que les guía en los demás asuntos de la vida. Es esencial que estas decisiones vayan acompañadas por la oración, la reflexión y el buen criterio. La voluntad de Dios para ellos se revela por medio de todas estas luces,y el cultivo del hábito de referir todas sus decisiones a la voluntad divina es un factor preponderante en el desarrollo de la personalidad cristiana. (CONEP 1963:11)
Si bien las decisiones sobre el número de hijos la toma la pareja, esta decisión, bajo la perspectiva cristiana protestante, se toma en oración, reflexión y el buen criterio.
La Comisión de Ayuda Social Evangélica estaba a cargo de William Strong en su condición de secretario ejecutivo, quien fue reemplazado por Bruce Carlson debido a que tenía que viajar a Estados Unidos para hacerse cargo del Programa Mundial de Paternidad Responsable.
En la vigesimosexta asamblea del CONEP de enero 1966, Bruce Carlson presentó su informe que fue leído por el brigadier Allemant, y como presidente de la Comisión de Acción Social Evangélica (CASE) cita a la entidad que acompañaba prácticamente todo el proyecto:
Este esfuerzo ha sido uno de los más grandes proyectos del programa CASE durante 1965. The Pathfinder Fund ha dado a CASE los fondos (S/. 60,863) para cubrir los gastos de impresión de 80,000 folletos. Estos folletos han sido distribuidos a todas partes del Perú ya más de diez países latinoamericanos. CASE está produciendo también una serie de cuatro vistas fijas (filmstrips) de las cuales casi tresestán listas. Vecinos Mundiales ha proveído a CASE de fondos (S/.53,198) para su producción. Estas vistas se han enviado a ocho países de América Latina.
The Pathfinder Fund era una entidad creada por Clarence Gamble (1894-1966), uno de los herederos de la multinacional Procter and Gamble y propulsor, en Estados Unidos, del control de la natalidad. En 1957 asume la presidencia de la reciente Fundación Pathfinder. Realizó sus estudios en Princeton en 1914, y en la Escuela de Medicina de Harvard en 1920.
Los contactos que tuvo con el CONEP posiblemente fueron gracias a su hermano Sidney, miembro de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) y de la Junta Presbiteriana de Misiones Extranjeras.
El CONEP fue la primera institución en abrir sus puertas para la enseñanza y el uso de los métodos anticonceptivos de 1958 a 1967. Podemos ver la labor del Programa Paternidad Responsable en los informes de las asambleas del CONEP, que incluían conferencias y cursos, así como el uso de anticonceptivos.
* Tomado del libro Ciudadanos de otro reino: Historia Social del Cristianismo Evangélico en el Perú (siglos XVI-XXI). Capítulo V, págs. 261-264. Obra publicada por el Instituto de Estudios Wesleyanos - Latinoamérica.