Dr. F. Belton Joyner Jr.*
Damos mucha atención a las personas que son las primeras en hacer algo: Nuestro primer presidente, George Washington; la primera persona en la Luna, Neil Armstrong; la primera niña nacida de padres ingleses en América, Virginia Dare; el primer jugador profesional de baloncesto en anotar 100 puntos en un solo juego, Wilt Chamberlain; el primer hombre en correr una milla en menos de cuatro minutos, Roger Bannister; la primera persona que instaló un semáforo eléctrico, Lester Wire. (Mencioné a este último porque me encanta lo apropiado de su nombre: "wire: cable".)
Admiramos las primicias. Apreciamos la originalidad, así que quizás estamos intrigados por la posibilidad de estar involucrados con el pecado original. Lo siento. La investigación muestra que 99.99999 por ciento de los pecados ya han sido cometidos por otra persona. Usted tiene más probabilidades de ganar la lotería catorce veces consecutivas antes que cometer un pecado que sea nuevo. (La investigación también muestra que el 92.6 por ciento de las estadísticas son hechas sobre la marcha.) No importa cuál pueda ser su pecado favorito, alguien más ya lo ha cometido.
El pecado original no es acerca de ser el primero; es acerca del pecado que está en nuestros orígenes. Es parte del paquete de ser humano. Es lo que el artículo VII de Artículos de Religión de la Iglesia Metodista llama "la corrupción de la naturaleza de cada hombre" y lo que el artículo VII de la Confesión de Fe de la Iglesia Evangélica de los Hermanos Unidos anota como "el hombre ... inclinado al mal." Este pecado original conduce a los pecados actuales de los que cada uno es considerado responsable.
A diferencia de la tradición de Agustín (teólogo del siglo IV y V), el Metodismo Unido no enseña que el acto sexual sea lo que transmite la infección del pecado. Romanos 5: 12-21 y 1 Corintios 15:22 revelan que nuestra naturaleza pecaminosa está en nuestro origen humano (Adán). Nadie escapa a la aflicción del pecado original (Rom 3:10). (Wesley contrastó el pecado original con pecados actuales, que son transgresiones intencionales de la ley de Dios, como nosotros mejor lo conocemos.)
Solo Cristo puede liberarnos de la esclavitud del pecado original. Los Artículos de Religión enseñan que "somos contados justos delante de Dios solo por el mérito de nuestro Señor y Salvador Jesucristo." La cosecha del pecado original es la muerte ("todos mueren en Adán" 1 Cor 15:22). Jesucristo es la vida (Jn 11:25). Philip William Otterbein, uno de los santos en la herencia del Metodismo Unido, una vez predicó un sermón titulado "El Salvador Encarnado trae victoria gloriosa sobre el Diablo y la Muerte." (Tal vez los títulos llamativos de los sermones no eran importantes en el siglo XVIII). En ese sermón, Otterbein dijo: "Todos nosotros estamos bajo esta muerte desde la caída". Pero luego señaló a Romanos 8: 1: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús."
Oh ven y mora en mí, Espíritu de poder dentro,y trae
la libertad gloriosa de la tristeza, el miedo, y el pecado.
Otra pregunta: ¿Cómo explicaría el pecado original a un niño de seis años de edad?
*El Dr. F. Belton Joyner Jr. es ministro ordenado y miembro del Consejo Judicial de la Iglesia Metodista Unida. Es autor de "United Methodist Questions, United Methodist Answers: Exploring Christian Faith". Ver más acerca del libro AQUÍ.
Traducido y publicado por el Instituto de Estudios Wesleyanos - Latinoamérica con permiso del autor. Para reproducir, favor citar la fuente y al autor. Derechos reservados.
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